Durante los últimos años las mediciones de vitamina D en las analíticas rutinarias se han generalizado; cobrando especial atención mediática a raíz del confinamiento producido por el Coronavirus. La falta de exposición a la luz solar hizo que muchas personas se preguntaran si su organismo se vería afectado provocando déficit de vitamina D. Los suplementos han dejado de ser exclusivos de enfermedades óseas como la osteomalacia o raquitismo para recomendarse a población que presenta déficit de vitamina D; pero … ¿está justificado?.
El déficit de vitamina D (ver tabla 1) se mide mediante la concentración en sangre de «Vitamina 25 hidroxi D», aunque no hay consenso sobre qué cantidad por debajo de la cual se debe iniciar una suplementación . En este post hablaremos de la importancia de la vitamina D en nuestra salud, de cómo podemos obtener unos niveles adecuados y de la conveniencia o no de tomar suplementos en la población adulta.
Tabla 1. Concentraciones de 25 (OH) D indicativas de deficiencia, insuficiencia y suficiencia de vitamina D según el Institute of Medicine y la Endocrine Society.
¿Qué es la vitamina D y cuáles son sus fuentes?
La vitamina D es una sustancia liposoluble cuya función principal es aumentar la absorción intestinal del calcio y por ello su acción principal es a nivel de los huesos. Pero la vitamina D también actúa a nivel muscular, inmunitario y del sistema nervioso.
La principal fuente natural de vitamina D es la que se produce en nuestra piel por acción de los rayos del sol,procediendo de esta fuente hasta un 90 % del total de vitamina D de nuestro cuerpo. Actualmente desempeñamos casi todas nuestras actividades cotidianas en interiores; ésto junto con los protectores solares que usamos para protegernos de las radiaciones podría justificar el déficit de vitamina D detectado incluso en países como el nuestro con abundantes horas de luz solar. Se recomienda una exposición solar entre 5-15 minutos (al menos cara y extremidades) al día desde la primavera hasta el otoño para evitar déficit de vitamina D.
La vitamina D también se encuentra en pequeñas dosis en alimentos como pescados, sobre todo pescados azules como el salmón, el atún, la caballa o las sardinas, los champiñones y las setas, la yema de huevo y el queso. También podemos encontrar alimentos enriquecidos con vitamina D (lácteos, cereales …).
Situaciones de riesgo de déficit de vitamina D
- Enfermedad hepática crónica.
- Enfermedad renal crónica.
- Síndromes de malabsorción intestinal.
- Tratamiento con fármacos que interfieren en su absorción como antipilépticos, corticoides…
- Embarazadas, madres en lactancia.
- Ancianos.
- Obesidad.
- Osteoporosis.
- Personas con piel de coloración oscura, escasa exposición solar…
¿Cómo tratar el déficit de vitamina D? ¿Son necesarios los suplementos?
Las recomendaciones para que no haya déficit de vitamina D pasan por una adecuada exposición solar y la ingesta de alimentos que contienen esta vitamina. La determinación en analítica debe realizarse en personas que presenten especial riesgo para poder corregirla. El empleo de suplementos de vitamina D está justificado bajo la prescripción de personal sanitario cualificado; resaltar que el uso no controlado de estos suplementos puede conducir a su acumulación en el organismo con efectos adversos; sin embargo la exposición al sol y el consumo de los alimentos ricos en vitamina D no produce cantidades tóxicas de vitamina D.
Cuando la suplementación es necesaria, se recomienda realizar un seguimiento periódico de sus valores.